Difícil pasatiempo el de los siete errores más aún cuando no hay siete sino uno y el error es el mirar para encontrar, el no esperar que la imagen nos encuentre a nosotros. Ataviados de observadores olvidamos que el espacio de ahí afuera no nos pertenece, que somos sino otros habitadores. Por un sano instinto, uno se resiste a que lo excepcional, a que lo extraño se haga dominante, frente a estas fotografías esa batalla está perdida. Isabel Tallos sobradamente ingrávida, se mueve en cualquier dimensión del espacio con una inusitada comodidad, nos presenta, esta vez, una serie-documento, una serie-historia, una serie de estampas en las que nos recuerda cual es el universo que lleva siempre consigo en la maleta. En sus trabajos anteriores ha buscado con ansia vaciar espacios, despojarlos de detalles para retratar la quietud y la espera. Siempre sola, como no puede ser de otra manera, ahora se enfrenta a lugares copiosamente inhabitados, donde tanta gente pasa que nunca son vividos por nadie; ella los quiere convertir en algo propio sin cambiarlos, despliega para ello sus trucos más sorprendentes, su magia más pura.
Miguel Espada.